martes, 7 de septiembre de 2010

He de invocar tu amor




He de invocar tu amor. Luego no amarte.
Mi víctima has de ser, mi sacrificio.
Has de ser el principio de mi vicio,
de mi mal la bandera y estandarte.

Amarte, te he de amar tan solo en parte,
sólo en parte he de estar a tu servicio.
Total me sentirás si te acaricio
pues total he de ser por agradarte.

Pero es todo un parcial absolutismo,
mis afanes más puros son parciales,
son fracciones de amor, como es parcial

mi entrega más ardiente y sensüal,
como falso es mi amor, como abismales
tu pesar, mis engaños, mi cinismo.


Santiago Tena


4 comentarios:

Laura Gómez Recas dijo...

Para muestra, un botón.

Sólo se guarda el respeto a la sexta sílaba, pero la cadencia de todo el soneto es maravillosa. Tiene la musicalidad metida en la palabra.

Un beso.
Laura

ybris dijo...

La rima es traicionera cuando nos lleva a la deriva por caminos no trazados.
El mérito del buen soneto es, como en este caso, usarla junto con el ritmo y las reglas establecidas para decir con todo ello mejor lo que se pretende.
Así leo aquí la dificultad de la entrega total al amor perfecto cuando se imponen las limitaciones e imperfecciones que dificultan el dar y tomar sin restricciones.

Enhorabuena por tu buen hacer.

Anónimo dijo...

es todo un reencuentro conmigo mismo hace años esta semana crepuscular

irene dijo...

Entrega total, sin barreras, sin engaños, como estoy segura que tú lo haces, a pesar del poema.
Un abrazo, Santiago.