martes, 30 de noviembre de 2010

El polvo cumple la función...




El polvo cumple la función
suicida de las cosas. Un polvo sucio
no es más que un polvo viejo, polvo
caído del lomo de los gatos, de un viejo
doméstico centenario.
Un polvo sucio también es un polvo bello,
danza en la armonía de la luz, danza
su muesca macabra.
Entonces se llora por el aire que falta,
por la espada de la luz, por las alas del polvo
en la sala aséptica de la vida.
Lava la sal sin carne y llora el polvo,
demasiado tarde para arder
en la filigrana de un fuego fatuo.
El polvo teje su tela de encaje en la memoria.
El niño hace sombras,
juega con la araña del día, juega la noche
con el insomnio del niño, en la greca gris
de un tablero limpio.
Ya encarna la luz la piel,
vuelve a mecer el polvo de las cosas,
el polvo que se posa, la corteza
pura de la cosa.



Benito Muñoz Montes


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