domingo, 31 de julio de 2011

En agosto vacaciones...





Volvemos con Isabel Miguel, Marian Raméntol, Ana Mª Pérez Cañamares, Mónica López Bordón, Nuria Ruiz de Viñaspre, Antonio Pérez Morte...y un poeta más cada semana...






A las de mi especie








A las de mi especie
nos confunden,
naturaleza gris
con tendencias demoníacas ,
mientras, solo vivimos;
lo otro no tiene
nombre, cuando
menos preocupante .

Ya de pequeña

escribía SOL

con caminitos de lentejas..



Isabel Izquierdo






sábado, 30 de julio de 2011

MIS TRÓPICOS (escuchando salsa)







Nunca estuve en La Habana
y el malecón que conocí
se me quedó pequeño
Dime si no es desgracia
haber escrito tenecesito
entre los versos de Gamoneda
y no leerlo nadie .

No soy del Caribe
pero también quiero vivir un poco
la vida antes de morir

Cuando tienen hambre se ponen imposibles
sólo quieren carne viva
y ya sabes lo q es eso.
Grito éxodo pero ni caso

Me dice :Te acostumbraste a perder ,
así no retarás nunca al futuro ,
El no sabe
que he ensayado todo
hasta desgastar el espejo por si un día
viene La Habana hasta aquí.



Isabel Izquierdo






viernes, 29 de julio de 2011

Cada día inventa el fuego








Cada día inventa el fuego
y milagros de ese tipo...
Morir follando sabiendo que a Dios
se le ha terminado el agua bendita.
Clóname, venerable científico!
Que necesito amarle a los quince
y a los treinta y descubrir
a su lado, el ron con cocacola,
La Pizarnik y el cine de Robert Redford.



Isabel Izquierdo






jueves, 28 de julio de 2011

Se encadenan a estatuas








I

Se encadenan a estatuas, se declaran en huelga, dejan de comer o de beber,
dejan caer los brazos, suben escaleras de rodillas, cruzan cualquier estrecho a nado,
se pintan la cara o danzan desnudos, delante la hoguera y detrás la luna, como yo

Y que he de hacer sino esperarle, después de haber ensayado mil encuentros,
elegido flores, el vino y la vajilla de mis besos.
Un poco más patética que ayer, que bailaba en su silencio mil pasos de posibilidades.

Hoy, al oírle la ausencia de mi nombre, rasgo todos los versos de donante convencida
Mañana, hecha papilla, hecha Salinas, a tirar el corazón por el monte,
llena de margaritas, por si viene.


II

Excavo trincheras, leo, me defiendo, aguanto el berrinche.
Maldigo la leche que mamé y maldigo todos los libros.
Todos los versos,espejos de otros y otras que me meten en el mismo saco,
que abren más la herida si cabe: mujer,
repetida.



Isabel Izquierdo






miércoles, 27 de julio de 2011

En ese silencio









En ese silencio, los cordones de los zapatos cruzan los orificios
de las orejas,
la cisterna del water deja caer la catarata del Niágara, un estruendo
que no llega a romper ese maldito mutismo...
Soplo la vela, recojo mis pendientes , cruje el suelo y a la persiana
le da un espasmo.
La cremallera de mis botas ha sesgado el dormitorio.
A mi espalda suena el cinturón de los vaqueros, la despedida.
Piso el papel de un bombón y dos besos.
Y desde la otra habitación, a la que ha ido a buscar no sé el qué,
me abraza, me retira el pelo y le dice a mi cuello que las princesas
rubias se quedan sordas al amanecer.




Isabel Izquierdo






martes, 26 de julio de 2011

Me dejo caer en la alfombrilla del baño









Me dejo caer en la alfombrilla del baño, en el tape de la botella ,
Abrir la maleta de la ropa de invierno y verme allí
Otra vez, plegada, entre el jersey y el frío
Me dejo, me dejo, me voy corriendo
Calle a calle, la nostalgia se hace vaho
Ningún palabrazo de amor erecta mis senos.

Insiste la búsqueda del amor
hasta arrugarme la garganta .En el rasante
del horizonte, entre la niebla,
como en lluvia de estrellas . Otra vez
invierno,como en mayo, como las uvas secas.
Que difícil correr!




Isabel Izquierdo






lunes, 25 de julio de 2011

Canción de mala rima









“…Cuéntame un cuento y verás que contento,
me voy a la cama y tengo dulces sueños”


CELTAS CORTOS


¡Cuídate de los que te aman!
¡Cuídate de tus héroes!


CESAR VALLEJO



Cuéntame un cuento de esos que no se han contado,
no de princesas y sapos , no de brujas , ni de jaco,
de esos no, que tocamos a dos y medía por varón ,
se ríe mi panadero , no, de esos cuentos no.

Quiero un cuento importante, como un ataúd,
como un cementerio entero,
como un libro, como el índice de un libro,
como su mano entera .
Cuéntame un cuento que buenaventure mi sueño,
Cuéntame un cuento que yo ya me los conté todos

Se cerró la cama por desnutrición.
Leí en la ventana , a la vera de cortinas
elegidas en junio ,con sandalias por estrenar ,
con deseos de inaugurar y cansé los ojos.
Canté en la terraza , mientras
nos colgábamos mis vaqueros y yo.
…Un cuento importante
como sangrar cada luna ,como preñarte
de origen y no preñarte de sal .

¡Que irresponsable al pedirte
que me cuides de mis héroes!
¡Perdóname!
....Érase un verano
que me devoró los pájaros
y arrancó los bancos donde sentarme.



Isabel Izquierdo






domingo, 24 de julio de 2011

Semana dedicada a Isabel Izquierdo



Con la niebla…





Con la niebla,
el páramo y el misterio,
una canción perfecta.
Gota de lluvia retenida.




Rafael Luna


sábado, 23 de julio de 2011

Estoy seguro…





Estoy seguro que existen lugares propicios,
templos horadando universos perdidos.
Siguen heredando gatos negros,
esparciendo estaciones,
despertando sentimientos dormidos.

Trasmoz.



Rafael Luna


viernes, 22 de julio de 2011

Valor…





Valor incalculable.
Aquel adulto.
Aquellos que mantienen la inocencia.
Los que mueren en ti.


(Inédito)


Rafael Luna


jueves, 21 de julio de 2011

Me suicido…






Me suicido con cada sílaba que hablo,
que las palabras son la soga muriendo en este mundo.
¡Que temo al mundo de los vivos!
Que el árbol donde me suicido crece,
que ahorcados en el mismo rictus entregan sus vidas,
¡que temo a los suicidas que se amparan en el tamaño de sus árboles!,
¡que temo hacer lo mismo!
Al segador también lo temo.
A los dominantes y sus trampas.
Que temo a las pasiones moldeadas del hombre,
a la intromisión en la carótida, luna del sueño.
¡Que temo al mundo de los vivos!
Que no soy de este mundo autómata,
que no perdono al amigo o al familiar —víctimas del mundo de los vivos—,
que aun suicidándome, piensan que es un entretenimiento,
que temo contar mentiras para endulzar su dolor,
que temo estigmatizar estos folios.
¡Que temo al mundo de los vivos!,
a las fronteras del hombre.
Que me levanto como hombre para enfrentarme al sometido hombre,
al animal autodestructor de su propia existencia,
que temo a los suicidas,
que hombres se alzan coronados.
¡Que temo al mundo de los vivos!
Que lo racional no da la certeza absoluta,
que los filósofos habitan en la interrogación,
que la confusión es el amor de mis lagrimales.
¡Que temo al mundo de los vivos!
Que las ruinas son las desesperaciones
donde el suicida forma paraísos,
que temo a la indiferencia,
a la utilización del estatus del hombre,
que sólo uno mismo se puede nombrar,
que al renombrarte el miedo a morir
se desvanece y me siento vivo.


(inédito)



Rafael Luna


miércoles, 20 de julio de 2011

Hoy han tendido mi alma como un pellejo…



Hoy han tendido mi alma como un pellejo,
sujetado con las pinzas del reproche,
acuchillando el alma, coagulándola
en la demencia que grita y ama de noche.
Soy escoria que entrega su alma a quien quiere,
su dueña guarda la llave sorda y muda,
(el sollozo que está cosido a su sombra),
cuchilla con la que me hiere en la duda.
Es cierto, no debiera amar tanto, duele.
Creo levitar poseído por poetas
que alimentan mi alma; quiero que se cuele:
mi voz es de quien la quiere tomar, poeta…



Rafael Luna


martes, 19 de julio de 2011

Si besaran a una rana…




Si besaran a una rana,
la bañarían primero,
incluso la perfumarían.
Si fueran a escalar un balcón,
pedirían una dote,
incluso un ascensor.
Al hombre que hoy desean:
viste de Armani,
con los músculos de Heracles,
y el miembro de un mono.
La mujer que hoy desean:
es facilita y juguetona,
con el rostro de Venus,
y fornicadora como una mona.
Y ambos sexos dicen lo mismo que dijo Góngora:
(“ande yo caliente y ríase la gente”).


Rafael Luna


lunes, 18 de julio de 2011

Soy moldeable, elástico entre sus manos





Soy moldeable, elástico entre sus manos.
Impregna sus huellas, clavándome su estigma en mi cuerpo invertebrado.
Moldeo al hombre que engendró su verdadera obra.






En estos tiempos no quieren ser princesas,
ni ellos pretenden ser príncipes azules.
Preparados para no arrodillarse,
e incubar lamentaciones y encules.
Me pongo a planchar. No quiero una esclava,
ni un espectro habitando la casa.
Hoy no te haré arrumacos, es día de masturbarse.
¿Si he planchado? No soporto que seas falsa,
ya sé, ya sé que colaboro poco en casa,
no te prometí el paraíso o el edén.
Ya he terminado la colada,
he planchado los zapatos de cristal y mi camisa blanca,
al rey le he dado de comer y le he acostado en su cuna dorada.




Rafael Luna


domingo, 17 de julio de 2011

Semana dedicada a Rafael Luna





SEMILLAS DE POEMA









Busqué en el cuaderno
donde germino la semilla de mis versos:
Había un zahorí sediento justo al lado
de una dirección de e-mail desconocida,
una confesión isleña que sostiene
que lo primero
fue mezclar mis huellas con huellas de gaviota.
Había una pena de madre entre unos besos,
y una vuelta a las raíces.
Prosodia y ditirambo
muy cerca de la venus Mariblanca al Sol,
ramos de esdrújulas en tarros verticales.
Había en mi cuaderno
caballos blancos y tequieros.
Todos sabemos que las llamadas perdidas
viven en el país del desencuentro,
afirmé en mis notas.
Y hasta me encontré con una cita
en que alimento a las olas con tomillo seco.

Pero lo que más me estremeció
fue comprobar
que aún palpito de otra forma
al ver el temblor de los álamos al sol y al viento,
aunque esa sonora danza luminosa,
de dorados verdes en tardes de verano,
la conozca
desde siempre.



Ángeles Fernangómez





sábado, 16 de julio de 2011

CUANDO FUI ÁRBOL (ÁRBOL)

Ahora, donde Dios era fuego,
donde hablaba el dolor, llora el vacío.

Antonio Gamoneda





Cuando fui árbol soñé con el verano
para respirar despacio y acariciar a mis hijos.
Ardieron ellos, y a mí
se me cayó la caricia de las ramas.
Me asfixié de dolor y cerré las hojas
para no ver
mis pavesas avivando sus cenizas.
Fue así…
como preservé también mi savia,
aunque ya no broto hijos.







Ángeles Fernangómez

viernes, 15 de julio de 2011

EL MIEDO AZUL








A veces, cada vez más veces, un miedo azul recorre las curvas de mi maternidad,
perfora el olvido cóncavo al que me niego en el suspiro.
Siento mi vientre abultado como cuando fue, y percibo el salto del hijo
abrazado a mi cintura.
Fue mi vida,
y no lo supe hasta que llegaron los agujeros negros
amenazando con convertirla en un recuerdo.
Esos miedos azules predicen angustiosas señales del no retorno,
síntomas del nunca más, del ya se pasó el tiempo.
Demasiado atareada como para disfrutar del sueño.
Demasiado pequeña como para percibir lo inmenso.
Demasiado inconsciente como para distinguir tesoros en las rocas.
El tiempo me mira y yo le respondo con una sonrisa boba. No hay marcha atrás, me dice, y me escupe carcajadas verdes.
Me miro y me limpio, mientras él sigue pasando: tic-tac / tic-tac…
Un dolor intenso hace que lleve mi mano hacia el hueco de abandono de mi vientre.
Ya pasó
Él
El tiempo ya pasó.
Tendría que regresar para abrazarlo con más fuerza.
Pasó
Tic-tac / tic-tac /tic-tac
Una tortura lenta intenta taladrar mi nuca.
Sujeto mi cuello con las manos
y miro el cuarto azul al que mi fruto nunca volverá para quedarse.
Nunca volverá para ser flor, porque el tiempo ya se ha ido.
Y no repite.

Pero comienza otro tiempo para aprehender una maternidad nueva
que ya voy aprendiendo a ser.





Ángeles Fernangómez





jueves, 14 de julio de 2011

OTREDAD




Me hice el amor
tantas veces como supe,
la noche aquella en que
éramos yo y la nada juntos.

Estimulé el eros de mi esencia.
Succioné los pezones
de los montes que parieron lo que soy.
Me produje escalofríos
al palpar el bajovientre de mi alma.

Te amo, me dije ciento siete veces...

Toqué. Froté hasta encenderlo,
el punto en que me brota
la luz de la empatía.

Así, sin apagar la llama empática,
llegué hasta el clímax
en simbiosis con “el otro”,
(sin cuerpos ni ataduras).

Y brotó la creación.



NOTA: A los pocos días de escribir este poema,la revista dominical de “El País” publicó un artículo sobre el descubrimiento reciente de las neuronas espejo, también llamadas neuronas Dalai Lama, por ser el centro en que radican la empatía y la compasión.




Ángeles Fernangómez



miércoles, 13 de julio de 2011

CÉLULAS MADRE






Las anémonas son clónicas.
No mueren, se dividen siendo enteras,
se duplican, se espejean, se copian a sí mismas y,
sin morir, vuelven a nacer eternamente.
Son su mitad y la mitad de su mitad multiplicada.
Doblan sobre sí sus cuerpos,
se parten infinitas desde el centro de sí mismas.
No mueren, sólo se marean un poco al imitarse.

Pero yo..., yo soy mucho más inteligente:
Me muero, sí, pero no me plagio nunca.





Ángeles Fernangómez





martes, 12 de julio de 2011

ME HE PUESTO LOS ZAPATOS...








A mi hijo,
que vive en una isla.





Me he puesto los zapatos blancos de soñar
y abarcado millas
en un brinco de suspiros.
Me encaramo
y me asomo a tu ventana,
(la que un día me dijiste que da al mar).
“Entra”, me gritas desde dentro,
y sigues dibujando unos papeles.
Uso de nuevo los zapatos
hasta llegar y sentarme junto a ti.
Te cojo de la mano que no usas.
“Mira”, te apunto:
allá lejos hay un barco.
“Ya”, respondes.
Y sigues dibujando.




Ángeles Fernangómez





lunes, 11 de julio de 2011

CENICIENTA







Agradecimiento a Salustiano Masó




Desde sus brotes la lanzaron al vacío
sin tiempo para el juego y para el beso.

Lavando en el arroyo, enaguas de las otras
se cortó con una piedra transparente:

era un zapato de cristal hecho pedazos
y un beso de príncipe, quebrado en la puntera.




Ángeles Fernangómez





domingo, 10 de julio de 2011

Semana dedicada a Ángeles Fernangómez







Pidiendo excusas





Pidiendo excusas por su altiva estampa
regala el monte un senderillo umbrío
alfombrado con mimo hospitalario.
Un eco amortiguado del arroyo
sazona hierbas, flores, matorrales,
arbustos, cavilar del caminante.
¡Cuánta vida al abrigo de la fatua
exhibición del sol, del espectáculo
del valle entero en brillo sustentado!
Pero cuidado: cada paso es guerra.
La sombra es fuego, lo mullido tiembla.
Cada gusano acecha, cada insecto,
cada espina. Sin ley, bulle el sendero,
ajeno y aun hostil al caminante,
receloso del raro personaje
que encuentra en la fatiga su recreo.
A su aire, entreverando contraluces,
tercia la mariposa, proponiendo
su propio ejemplo de vagar sin tino:
¿No es rara toda vida? Y aletea
dejando solo en su inquietud al mundo.



Mariano Anós


sábado, 9 de julio de 2011

Dar fe del diálogo





Dar fe del diálogo entre río y nube:
tal es la abnegación que al monte toca.
Lo sólido es lo frágil que se aparta
dejando anchura al respirar del agua.
A mayor resistencia, mayor daño.
Obstinado rompiente de los vientos,
atareado en darle forma al aire
y en relatar sin pausa sus hazañas
que nadie escucha sino acaso el tiempo
al que toda arrogancia mueve a risa,
el monte sabe que la menor nube
lo podría borrar de una caricia,
reducirlo a vestigio de su alcurnia,
vaga ruina del tiempo de los montes.
Y el cuchillo del río que lo acecha
podría desgajarlo y darlo al cielo,
errante fantasmón, cuento de niños.
Pero al caer la antigua noche, el monte,
acogido a la venia de la luna,
se permite dormir secretamente,
mientras que río y nube, condenados
al fluir incesante de su música,
vierten sus vanas quejas al oído
de algún pájaro insomne, despiadado.



Mariano Anós


viernes, 8 de julio de 2011

¿Qué cantas, flor....





¿Qué cantas, flor, escándalo del verde?
No hay inocencia en el verdor. Parece
que luces o distancias salvan, funden
en campos de color tanta violencia.
Pero en verdad todo es dibujo, marca,
seca incisión de tallos, ramas, hojas,
cuando no, predadoras, las raíces
desgarrando, empujando, atropellando
cuanto se oponga a su poder salvaje,
ya sea tierra o piedra o aire o vida.
Y, sin embargo o por lo mismo, hay calma.
La tragedia del verde, compartida,
procura luz, convoca a la alegría.
Alguien escribe y borra lo que falta.
Gracias, engaños, trucos, ilusiones
del ojo, del cerebro, del idioma,
del arte, del amor, de todo cuanto
nos permite mirar serenamente
la oscura historia del horror, la vida.
Anuncio de furor siempre aplazado,
custodia el monte lo real vencido.
Feliz obstinación que sólo dice
que nada hay que decir, y hay que decirlo.



Mariano Anós


jueves, 7 de julio de 2011

No refleja ni al monte ni al viajero





No refleja ni al monte ni al viajero.
Ensimismado en su pereza, el lago
consiente sin lamento ni ufanía
el tributo que cede a la vacada
sedienta de su espléndida frescura.
Lenguas nombrando el agua, modulando
la mentida lisura al ojo atento,
desenmascaran el espejo, siembran
desorden, pliegue, variación, discurso.
Su materia es el sueño de los montes
cuya erguida aridez lo encierra o salva.
¿Tanta paz no será rebelde orgullo?
Bajo su capa de llaneza amable
se sospecha un rencor, una amenaza
al rocoso bastión de su existencia.
Monstruo del lago pues el lago mismo,
será el sueño peor del peor monte,
inmóvil ya de puro sobresalto,
en vela eterna por temor al sueño.
¿Y si no fuese así, si fuese cierta
la superficie límpida que ofrece,
promesa lisonjera de un reposo
que a sus guardianes brinda, transmutando
la penosa erosión de cada día
en un dormir o bienmorir sin fondo?
Lugar de nadie, luz de un tiempo oscuro
suspendido en el filo de la ausencia,
en el fondo de un lago siempre hay muertos
cantando. Silencioso, el monte escucha.



Mariano Anós


miércoles, 6 de julio de 2011

Sobre el azul violento del verano





Sobre el azul violento del verano,
remolona, sin prisa, sostenida
en su temblor, la nube se desliza
rozando apenas la pelada cumbre,
redimiendo la seca omnipotencia
que la aflige. La roca, agradecida,
muda algunos matices innombrables
de pardos, verdes, grises azulados,
su guarnición usual, entreverada
de algún destello de pasadas nieves.
Satisfecha, la nube, sabia en luces,
danza una lenta, alegre despedida.
Cumbre y nube acompasan su leyenda,
concelebran su esquiva intimidad
y acuerdan confiar en que los vientos,
las humedades, las temperaturas
o cualesquiera azares atmosféricos
les permitan volver a acariciarse,
suaves, fugaces, disponibles, fieles.
La novedad sin fin es su costumbre.
No necesitan traducir sus tiempos,
tan dispares al ojo atareado.
Ningún deseo ya: saben ser otras
sin otro triunfo que el haber pasado.
No hay pérdida, no hay miedo, no hay espera.
Sobra toda ansiedad o toda culpa
por no estar ya, si alguna vez se estuvo.



Mariano Anós


martes, 5 de julio de 2011

A ciertas horas, bajo ciertas luces




A ciertas horas, bajo ciertas luces,
el monte no se deja llamar monte.
Se encoge, se dilata, se entrevela,
se hace telón pintado o, al contrario,
se viene encima pedregoso, fiero.
Saber común: el monte nunca es monte
sino en la estrecha cárcel del lenguaje
que apenas de sí mismo se alimenta,
entre envidia y terror de la certeza
que nombra monte su ceguera última,
el dibujo más cruel del horizonte,
la esclavitud mortal de la conciencia.
O bien, por el contrario, la fantástica
nostalgia de un perdido estupor mudo
que reclamase un eco del silencio.
Sea cual sea la plegaria al monte,
o es parca o excesiva. La justicia
no le concierne. Sólo está, se yergue.
Sin dios y sin ser dios y despatriado.
Oculto en su evidencia. Memorioso.
Custodio de saberes ya inservibles,
melancólico, escéptico, el coloso
aterra a quien de sí mismo se aterra,
alienta a quien no atiende a su enseñanza,
calma a quien no ambiciona sus favores.



Mariano Anós


lunes, 4 de julio de 2011

En la falda del monte








En la falda del monte, de mañana,
se oye llorar a un niño. De repente,
el ameno verdor de la ladera
entrechoca murmullos y colores,
desdibuja, destempla, desmemoria
la espesa ligereza de su aliento,
burlándose del ojo y del oído
que soñaban fijar algún instante
como color o como son del monte,
como cifra o verdad de su quimera.
La cima, poderosa, pensativa,
lenta, ajena a la edad y sorda al llanto
¿envidiará tal vez, por un momento,
la frágil inquietud de la hojarasca,
su condición expuesta a la mudanza?
Cuando se siente amenazado, el monte
no esconde la cabeza: la enarbola,
aleonado, retador. Sacude
los parvos matorrales con que apenas
abriga su atalaya pedregosa
y jura defender su apartamiento
de cualquier inquietud sujeta al tiempo.
Los dioses, maliciosos, cuchichean
a sus espaldas y de buena gana
consienten sus bravatas. Niño monte.
¿Será su soledad la que lloraba?



Mariano Anós







Toda la serie de esta semana corresponde a un poemario inedito Monte (Valle de Tena)






domingo, 3 de julio de 2011

Semana dedicada a Mariano Anós











Dualidad y +




“Mi dualidad
Conforma mi ser, lo que soy”



Cómo me cuesta a veces
hacerme tu enemiga para que te despiertes,
sosegarte la noche,
los ruidos de tu pecho
para que al fin se duerman.

Alguna tarde aún me duele tu mano,
tan brutalmente desnuda,
tus soles que se esconden,
tu tristeza tan triste.

Y esa respiración precipitada
que de pronto se para
porque tiene miedo también de respirar.

Cómo me llama al alba
tu voz, y no me encuentra…
Porque no soy tu sombra
ni soy tu compañera,
que somos una, Amor,
aunque sea yo la que te quiere.


***********


(Respuesta a “Mar de Amor”, de J.A. Labordeta)

¿Quién me busca?

Quién me sobrecoge con su tacto

Que entre los dedos se lleva mi salina.

Quién traspasa mi brisa con su vuelo

Y me trae de otros mares dulce aroma.

Quién me busca,

Quién es el que besa a medianoche.

De quién es esa lágrima perdida

Que desborda mi caudal marino,

De quién esos labios que soportan

El peso de todas mis orillas.

De quién son esos brazos,

De quién el acantilado en que me rompo.

Hace tiempo que salí a tu encuentro, navegante,

Meciéndome en la estela de tu barco,

Y buscando el primer encuentro

De tu abrazo, todo llegó, todo, con tu canto,

Sacándome del lejano rincón, a tu horizonte.

Espérame en tu proa, marinero,

Húndete de nuevo en mi cabello

Y purifica tu corazón con mi oleaje.

¡Y NO TE MARCHES NUNCA!

Que mi vida está donde me piensas,

Que la luz de tu poesía me sostiene.



Concha Vicente Estebán


sábado, 2 de julio de 2011

Toda la tarde





Toda la tarde se inclina hacia tus ojos
y entonces
la tristeza es hermosa,
como si tú la hubieses inventado.



Concha Vicente Estebán


viernes, 1 de julio de 2011

Si habitar en la palma de tu mano





Si habitar en la palma de tu mano
era un juego imposible,
hoy he conseguido
cruzar al otro lado del espejo.


Concha Vicente Estebán