miércoles, 23 de mayo de 2012

Q



Que raro se me hace
verte desnuda
escondida tras ese músculo
ahora atrofiado.

Cuantas noches
en vela
en busca de salvación
y al final
lo dejaste morir.

Abandonar cada noche
de la forma más delicada
un zapato, aunque
no fuera de cristal.

Pobre Ceniciento de ojos pardos.

He bloqueado el acceso
a mi memoria intermedia
para no volver a caer
en planificaciones
de rescate vano,
en operaciones
para dar luz
a quien nunca
quiso ser visto.

Apaga ya esa sirena
aún no sabes
que aquí,
nadie ha venido a verte.





José Naveiras García


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