martes, 4 de febrero de 2014

Eres ventana cálida




Ella no lo sabía


pero hacía días


semanas


una eternidad


que necesitaba con urgencia una ventana.


Una ventana grande


de las que se parten pariendo amaneceres


atrayéndote con sus extremidades


a su regazo vacío tan lleno de posibilidades.


Una ventana del color de la lluvia,


mojada, astillada


experimentada


por qué no, una ventana descarada.


Una ventana que diera a un aire fresco


de esos que te limpian toda la basura acumulada en el alma


que barren recuerdos


que instalan nuevos sabores y olores bajo la piel y la almohada


Ella no lo sabía


hasta que se dio de bruces (por qué no, virtuales)


con otra ventana


una ventana que ya no entendía para quien parir amaneceres


Y cuando sus cristales se cruzaron


la lluvia arreció


una banda sonora emergió de un balcón que buceaba en youtube


y se mezcló con las gotas transformando en rojo y azul su color


Y reflejo con reflejo


sus hojas se abrieron de golpe


sin miedo a romperse en mil pedazos


Y compartieron su olor a tierra mojada


ese olor que despierta las ganas de correr,


de saltar en los charcos con los pies descalzos.


Y desearon de repente ser invierno y ser humanos


sin herrajes sino brazos


y con toda esa piel nueva


sin ninguna prisa y todo el tiempo


amanecerse cada día bajo la piel de la cama diluviando.





Tania Evans


2 comentarios:

Adriana Alba dijo...

Las ventanas son indispensables, te diría que casi de primera necesidad en la vida de las mujeres.

Saludos, un gusto visitar tu espacio.

Tania Evans dijo...

Completamente de acuerdo Adriana! El oxigeno siempre tan necesario... Un abrazo grande!