domingo, 27 de diciembre de 2015

Poetas para el 2016



A partir de enero, estos son los próximos poetas...volvemos el 11...


Germán Valva

Julio del Pino

Abril Paz

María Ramos

Gabriel del Molino

Nicolás Corraliza

Roberto Vivas Sanz

Francisco Javier Solé Ribas

Carlos Quintas

Carmen Ruth Boillos

Blanca Pérez Rama Ibarriola

Teresa Domingo Català


martes, 22 de diciembre de 2015

domingo, 20 de diciembre de 2015

Cinema Rif



Como sobreviver a uma cidade liquida?
                                                                                              FILIPA LEAL

           

Dejar que el tiempo sea esta evasión

en la sala de cine,

esta mezcla de planos y ciudades de agua,

cuando contamos a desconocidos

una verdad desconcertante

después de haber estado frente al mar,

frente a la duda y la desidia,

frente a amantes que observan a través de biombos.



Esta penumbra del cinematógrafo

nos restituye lo dejado atrás:

un estío remoto, la costumbre

de ascender las colinas de gladiolos salvajes

donde te revolvía los cabellos.



Aschenbach come fresas,

el tinte le chorrea por las sienes,

su delirio está hecho de música y efebos.

Busca el último soplo de embriaguez.

Pasa a cámara lenta la Belleza.


Verónica Aranda







sábado, 19 de diciembre de 2015

Tánger o vislumbres desde el café París



Es el momento del poema:

Jane Bowles cruza la calle Libertad

del brazo de Cherifa, su amante bereber.

La mirada perdida, alcoholizada.

Pasan por el Gran Zoco donde hay puestos

de papagayos rojos y caminan

entre la multitud, la abulia, las especias.

Han pasado la tarde en el café París.

Sabe aburrirse la Sra. Bowles

con la elegancia de los elegidos.

Sabe sorber el té, los lugares comunes.

Queda lejos el Sáhara,

las alcobas de hotel desangeladas

donde escriben, febriles, los viajeros.

La Olivetti hace tiempo

que quedó relegada en un rincón

de su piso de Tánger.

Tiempo de la mentira y de la amnesia.

Queda la dispersión

y los atardeceres de gin tonic,

alguna que otra fiesta

en las mansiones del Marshan.



Es el tiempo del ocio y las postales

con tintes desvaídos, con enigmas,

de la vieja ciudad internacional.


Verónica Aranda



viernes, 18 de diciembre de 2015

El cítrico esplendor



El cítrico esplendor, la desnudez

gestada bajo lámparas de aceite

tras una larga espera; madrugada

portadora de esencias de tomillo

y el roce de los torsos que escondían

la alquimia y sus secretos minerales.


Verónica Aranda



jueves, 17 de diciembre de 2015

El lenguaje del nómada




El lenguaje del nómada es sencillo,

se gesta en las vasijas de barro sin cocer,

no malgasta palabras. Era lúcida

esta forma de entrega.

La audacia y aquel vuelo de milanos

por las murallas de la vieja Delhi.


Verónica Aranda



miércoles, 16 de diciembre de 2015

Gwalior



Crecía un tamarindo

junto a la tumba del cantor virtuoso

y no probé sus frutos.

En aquella ciudad que descubrí

a través de mis miedos,

huía de mí misma, de las celdas

y el doble filo de la expectación.

Subí hasta el fuerte, prolongué las horas.

Ciudad-musculatura de caballo,

ciudad-nervio animal a mediodía

que simultaneaba sus acciones:

en la fatiga de los rickshaw wallahs

pedaleando con el viento en contra,

en los porteadores de costales de cúrcuma,

a través del joyero que un domingo

disecciona onix rojo.


Verónica Aranda



martes, 15 de diciembre de 2015

Cape Cross (Namibia)





El aislamiento es como este hotel

de muros gris lavanda, desolado

fuera de la estación vacacional.

De repente sentimos

un deseo imperante de escribir

a los viejos amantes: la memoria,

el desaliento de la lejanía,

el olvido que encierra una postal

desde una playa atlántica con niebla,

chacales y preguntas silenciadas.



Más allá los desiertos, el hedor

de colonias de focas en la costa

donde los portugueses dejaron una cruz.



Poco más queda de los navegantes.


Verónica Aranda



lunes, 14 de diciembre de 2015

Pinar del Río (Cuba)





Mi bisabuelo posa con uniforme a rayas

en un estudio de Pinar del Río.

Tiene aquel gesto grave del recién reclutado

que siempre había pensado que la patria

se almacenaba entre la naftalina

de las casullas nazareno y oro,

o en la tarde de sol de un patio de cuadrillas,

hasta que en el embarque

los labios del sargento se llenaron altivos

con la palabra España.



El mismo gesto del torero clásico

y algo meditabundo que se enfrenta

a aquella artificiosa soledad del retrato.



Pero, ¿en qué pensaría el bisabuelo

hace más de cien años

en el etéreo instante de la fotografía?

Reconstruyo esta historia colectiva

que es la misma de siempre. Es el soldado

que ve pasar la muerte a cañonazos

en la explanada de los palmerales

o la intuye acechando entre epidemias

sobre lechos de yodo. Y se imagina,

cuando acabe esa guerra, perdida de antemano,

con aquella mulata que tenía

un puesto de santera frente a la catedral

y sabía a vainilla

y a jugosa guanábana. Se piensa

convertido en indiano, propietario

de un ingenio de azúcar,

paseando el domingo con su puro

y su traje de lino almidonado,

con fondo musical de banda de kiosco

y un olor familiar a caramelos

tostados en la feria. No sabía

mi bisabuelo en el etéreo instante

en que fue retratado, que esperaba

un barco de tullidos de regreso

a la vieja metrópoli, el vendaje

gangrenado de pérdidas, Castilla

y los caminos de la trashumancia.


Verónica Aranda



domingo, 13 de diciembre de 2015

Semana dedicada a Verónica Aranda
















Saberse



Saber que alguien te espera
sin lugar fijo,
sin esquelas ni dominios.
Saber que alguien te acompaña
sin rutas marcadas,
sin rumbos precisos.
Saber que alguien te piensa
sin títulos,
sin compromisos.
Saber que alguien duerme
y despierta contigo
sin el mismo techo de abrigo.
Saber que alguien te nombra
sin vocales ni consonantes
en un silencio cómplice
y en un beso robado
a cada instante
de cada día, de cada noche.


Marcela Peralta



sábado, 12 de diciembre de 2015

Previo aviso



Un día me iré.

Un día. No te diré cuándo.

En realidad, no lo sé bien.

Pero lo haré callado.

Y seguramente, temprano.

No quisiera decirte cuándo.

Porque quiero que vivamos

como el último, cada uno

de nuestros días.

Vale decir,

que lo hagamos con la osadía

de los amores jóvenes.

De los amores nuevos.

Más presos de libertades

que de ojos ajenos.

Quisiera que viviéramos

con la ansiedad del beso

en cada encuentro.

Con la proximidad de la caricia

en el deseo.

Con la simpleza de mirarnos

y entendernos.

Con la franqueza de decirnos

lo que no nos atrevemos.

Con la audacia de sentir

a pesar del tiempo.

Tanto es lo que aún sueño

como proyecto para los dos…

que no quiero que nos duerma la rutina.

Y nos saque, esa bandida,

toda nuestra posibilidad.

Por ello, te lo anuncio.

Para que estés con el aviso de mi partida.

Y ello haga que no claudiquemos nunca

en esto de aprender a amar.

Un día me iré.

Un día. No te diré cuando.

Pero si puedo decirte que no es hoy, todavía.

Así que, alma mía, apresura el trámite de tu vestido.

Tenemos que ser felices con el mundo por testigo.

Y ya el sol pretende esconderse… y vuelve el frío.

Alcánzame el abrigo.

Vamos a salir a caminar…



Mi corazón estalla por volver a festejar

el aún que hoy nos roza.

Aún no es tarde. Es otra cosa.

Es la franca promesa de un quizás.


Marcela Peralta



viernes, 11 de diciembre de 2015

Despojados




No hay desnudo más bello

que aquel en que van cayendo

los miedos, uno a uno.

Los despojos del ayer.

Los prejuicios. Los mandatos.

Las dudas sin sentido.

Y el sentido común.

No hay desnudo más bello aún

que aquel que nos libera de ser presos

de nosotros mismos.

Y deja caer los viejos trapos

de lo que entonces

allá lejos, un día fuimos.



Y luego,

en un luego de tiempos desmedidos,

se desliza al suelo el último juicio.

Y la ropa.


Marcela Peralta



jueves, 10 de diciembre de 2015

Hete aquí





Si te contara de mis miedos, tal vez, me entenderías.

Puede ser que hasta pudieras quererme, quién sabe… todavía.

Si te permitiera entrar más allá de la vitrina en la que me muestro, cada día.

Si me atreviera a más. Si te atrevieras.

Si descubriera ante vos el otro lado del espejo. El otro lado de mi imagen.

Ese que guardo de todos los destellos. Ese que protejo. ¿Por qué?

No lo sé. Quién sabe.

Pero hete aquí un reto para mí. Hete aquí. Frente a mis pies. Y en tu mirada.

Es una vez distinta, ésta que estamos armando.

Porque fíjate que hay algo. Algo intrínseco en nosotros que me hace hablarte así.

Como queriendo descubrirme frente a tus ojos.

Y hace tanto que no pasa. Hace tanto que no alcanza otro, para mi desvestir.

Que estoy pensando seriamente en dejarte.

No dejarte ir. Dejarte entrar en mi escaparate.

En mi salón de ensayos. En mi escondite. En mi espacio.

El que me sabe vulnerable. El que permite lo imposible.

El que me deja sin disfraz. Y sin maquillaje.

Estoy pensando que empiezo a tocar la dicha de dejarte…

Estoy pensando que me ha tocado, una vez más, enamorarme.


Marcela Peralta



miércoles, 9 de diciembre de 2015

Descalza



E iré descalza hasta tu encuentro.

Libre de ataduras, de supuestos.

Sin rasgar ninguna vestidura

y abrazando sólo el deseo.

Llevaré conmigo este sueño

que cabalgó mis noches del ayer…

y hoy reposa conmigo

en las tardes de un otoño

que no quiere verme envejecer.

Iré descalza y sin prisa.

Segura de tener como premisa

solamente… ser feliz.


Marcela Peralta



martes, 8 de diciembre de 2015

Conocerme




Cuando me quieras, hazlo a tu manera. No a la mía.

No dejes que mis ansias te transformen ni un poco.

Sé puro. Sé contundente. Siembra mi asombro.

Confunde mis sentidos con tu esmero. Y déjame conocerme,

a través de lo que sientes. Déjame alcanzarme, en ello

que en ti provoco. Déjame descubrirme, poco a poco,

sabiendo que estoy naciendo a mí misma.

A esa mujer que anima a otro ser a amarme.

A quien admira a su amante, tanto… como para pedirle,

casi rogarle… que cuando me quiera, lo haga a su manera.

Jamás, a la mía.


Marcela Peralta



lunes, 7 de diciembre de 2015

Confesión




Voy a confesar que nunca fui libre.

Que después de haberte encontrado,

todo espacio quedó impregnado

de la necesidad que de ti tengo.

Que cada noche, viajas conmigo hasta el sendero

en que me pierdo

cuando mis ojos se duermen, buscándote.

Y cada día, despierto en la ansiedad y la osadía,

de lanzarme a las letras que hace tiempo, te trajeron.

Sólo para volver a leerlas.

Y encontrarte, en ellas.

Voy a confesar que me fui perdiendo

y más de un crimen he cometido.

Comencé matando a mi egoísmo.

Ese que me mantenía a la defensa de ti,

que me hacías feliz.

Lo arruiné a golpes de esperanza.

Por alcanzar la brasa

que ponía calor a mis madrugadas.

Seguí por mi mañana.

Dejé de interesarme en él, sólo para vivir el hoy.

A la espera de una nota cualquiera,

que me hablara de amor.

Terminé con la arrogancia de mi presencia.

Dándome cuenta que la urgencia

era mi única cómplice, necesaria.

Esa, que sabiendo de tu ausencia, te traía igual…

imaginaria.

Y me permitía sospecharte en una sonrisa, al hallarme.

En un dejo de simpatía, al escribir una palabra.

Ella, me hablaba de ahora y borraba las nostalgias.

Ella, sostenía la prisa, que me era necesaria…

y el ruego de mi plegaria:

cruzarte.

Compartir camino, aún sin conocerte.

Construir la magia… y alcanzarte.

Debo confesar…

que tu nombre me hace falta.


Marcela Peralta



domingo, 6 de diciembre de 2015

Semana dedicada a Marcela Peralta




VIAJE A LA PIEDRA



De mi lengua despiertan las aves de la noche
y el idioma del hambre,
estoy pensando en ti como se piensa en la avaricia,
penetrada de aliento.

Tú cruzas la respiración y los escombros
y juegas a mi nombre,

yo, viajo hacia la piedra.

Sucedo en el desorden
mientras las piernas gritan el lenguaje del vértigo
y la palabra cae,
extensa
como tu cuerpo en la memoria,

el yugular gemido,
la sangre con sus perros.

Viajo hacia la piedra, sí,
donde la voz gotea las manzanas obscenas
y bebo un corazón
y escupo pájaros:

putas golondrinas que regresan siempre.


Sara Castelar



sábado, 5 de diciembre de 2015

EL VERBO SE ADELANTA


“Este saber no sabiendo
es de tan alto poder
que los sabios arguyendo
jamás le pueden vencer
que no llega su saber
a no entender entendiendo
toda ciencia trascendiendo.”
SAN JUAN DE LA CRUZ


El verbo se adelanta, y me toca

hay algo de mí en su lengua de aire

en la anchura del frío, amaneciendo.

El verbo se adelanta, corrige el señuelo de la noche

y despierta un silencio sonoramente largo

donde todo se oculta

pero existe, así, intuido y abierto.



Amo la libertad que el aire arroja para mí,

soy la niña que aúlla con su disfraz de bosque

sobre la humedad volátil y el salitre,

amo el despertar despedazado por los ojos

donde se forma el vuelo;

hembra que construye la redondez del mundo.



El verbo se adelanta, sí, conmigo adentro,

y todas las razones giran

y los sentidos giran

y una muchacha gira con mi nombre y mi pelo.



Inventaré un cuerpo, y lo llamaré mío

y no entenderá la boca de la tierra

ni los pronombres débiles

de un himno que no sangra



o la forma que tienen de morir los cipreses:

sobreviviendo.


Sara Castelar



viernes, 4 de diciembre de 2015

MIMARIO V



Has venido a mi pecho y en sus muros

se escuchan los cerrojos gravemente exhaustos,

es el temblor del mundo y sus raíces

bajo los patios largos que albergan la pureza

o la memoria frágil de los niños,

volaron las palabras entre las golondrinas

y cayeron del aire sus ruidos hambrientos.



Qué oscuridad tan lenta bordea el almanaque,

cubre la edad un cirio adormecido

que delinea el tiempo entre el cielo y la sombra.



Te acerco un faro virgen para cada tormenta,

un presagio de luz que lentamente crece

en la fugacidad del aire

y se enciende en el pecho como un metal furioso.



Porque caminaste enfermo de rosas y salitre

y te cayeron nidos sobre tus pies de niño

y los árboles grises te anudaron sus lenguas,

yo te arrullo la noche y los cordeles

la percusión del nombre en el destierro,

la quema de sus himnos.



Los caballos son rastros en la arena vencida,

nada saben del mar.


Sara Castelar



jueves, 3 de diciembre de 2015

LA MEMORIA IMPERFECTA XV



El poema acude,

la sangre suena a agujas y a mordiscos

a esos ríos que agitan las arterias

como un temblor de cuerdas amarillas,

y suenan las ventanas a domingo

y el miedo suena a miedo,

tan sólo suena a miedo.



No ha llovido a este lado de la noche

y las cosechas mienten tras los escaparates,

mienten las muchachas en sus torres salinas

y miente la madera corroída de años.



Hay una verdad tan pura que a nadie se parece.



Entonces tú regresas,

escribes con la noche los indecibles árboles

y toda oscuridad se agota.



Ya viste los arbustos brotar entre los dedos

el verso detenido en la ternura del pájaro

la sequía salvaje de sus huellas

y sus crujidos largos como lenguas de insecto.



Tú ya no tienes nombre, eres sólo el arbusto

y sigues naciendo de su sombra abolida.


Sara Castelar



miércoles, 2 de diciembre de 2015

LA MEMORIA IMPERFECTA IV





Se apagaron los puentes

y todo se inundó de exilio, entonces

las iglesias fundaron sus corredores mudos

y la oscuridad entera sopló sus golondrinas.

Tú escuchabas la voz de los cordeles y el silencio

más puro,

la levedad que suena con la tarde falseando las fechas.

Pero ahora es invierno adentro de los ojos

y la paz corrosiva del silencio aguarda la memoria,

la ama, la transforma.

Aún lloras la palabra ilesa, su piedra o su cordura;

porque ni el rubor punzante del acero

ni el tibio despertar de las semillas

valieron el vientre de la madre.

Vuelves a caer desnudo a través de la noche

y abrazas cada límite.


Nada retorna

sólo el poema espera.


Sara Castelar



martes, 1 de diciembre de 2015

EL PULSO VIII



Sí, perdóname el cuerpo,

perdóname la sangre que me late, roja y sucia

que me embiste por dentro y se contiene

para no salir de golpe hacia tu corazón dormido,

desnudo de niñez, ciego de árboles.

Haz de mí un animal sonoro

y dame la palabra para que la mastique

para hacer con ella ave funeraria o pedregal

donde el tiempo nombre sus raíces

y sume al alfabeto su condición de espora,

vida de cuantas vidas sucesivas leguen sus multiplicaciones.



Dame la voz enferma, mutilada

para que sólo yo la escuche y la consuele

y me inyecte en los años la mitad del dolor

que por tu faringe cruza

o cae,

como sonámbulo erial de invierno.

No perdones los ojos, los ojos de mi madre,

las colecciones de ojos que apuntan a la nuca,

los ojos de mis hijos, de los hijos varones de la noche

o de las hijas ciegas que cuelgan del deseo.

Marca con el dedo cada franja de blanco,

cada pregunta que en la luz detiene la retina

y en un himno carcelario condena la hermosura.



Derríbame en la rabia de mil generaciones

y sígueme desnudo, muerte adentro,

con la boca cosida de cadáveres

hasta poder fingir, como Pessoa,

que alguna eternidad nos alimenta.



Sé verdugo de todo cuanto nombre



y deja que me incline para morir despacio

mientras siembro naciones en el verbo,

hazme negación y tinta,

pero deja este armazón que late

y me sostiene

para que te columpie,

para que te resbale como gota incendiaria

y amadamente tuyo surja de tus huesos.



Ahora que caemos sobre el día

ya sin alas

y el corazón nos ata con el látigo agudo de la tierra,

haz con tu voz un nido


y perdóname el cuerpo.


Sara Castelar



lunes, 30 de noviembre de 2015

EL PULSO V



“Lega a sus hijos/una madre que sueña/que baila/que sonríe./Una madre que llora/y ama./Una madre sin dinero/que no zurce calcetines./Una madre que escribe poemas/en una lengua que no entienden”.
Maram al Masri


Lego la exactitud de lo imperfecto a todos mis apéndices,

el brazo acribillado con que escribo sobre la podredumbre,

sobre el devaluado precio del insomnio y sus caderas mustias,

quizás sobre la nada y su infinito acervo,

quizás el corazón.



He abierto tres puertas sin cerrojos al hermoso delito de la vida

y camino con la lengua en vigilia, amordazada al pan,

en la ruta gastada de la edad que tiernamente suma.

Lego la esclavitud del llanto, esa dote perpetua de las hembras

que heredé de mi madre,

y unos dedos de aguja con los que zurzo lágrimas

cada vez que en el pecho se rasga la tristeza.



Todos los diccionarios fracasan en sus ojos

en su pequeño amanecer de olivos

en los desordenados labios que sonríen para no delatarse.

Ni una sola palabra podría soportar tanta justicia.



Sólo puedo volver la voz al barro y esperar el silencio,

yo lego mis hijos al poema.


Sara Castelar



domingo, 29 de noviembre de 2015

Semana dedicada a Sara Castelar




ME DECLARO CULPABLE



Juro decir la verdad,

toda la verdad

y nada más que la verdad,

prometo contar al mundo

lo que eres para mí,

cómo logras que me sienta

yo mismo contigo,

que mis ojos sólo saben mirar

si tú estás enfrente

y son tuyos como lo soy todo yo,

que me gusta tu vida

y todo lo que conlleva,

lo bueno, lo malo y el porvenir,

que me gustan tus treinta y tantos,

verte vestida con vaqueros

o con un vestido y tus tacones,

que no eres el problema,

cariño,

que eres la solución,

la cura de todos mis males,

que me cuidas y me quieres

como nunca lo ha hecho nadie,

que adoro verte dormir

tanto como adoro verte reír

con mis chistes malos,

que Madrid sólo amanece

si tu abres los ojos,

que no existe el poema

que te haga justicia,

que lo que otros se pasan

media vida buscando

yo me dedico a vivirlo contigo,

que pierdo mi norte

cuando viajo al sur de tu cuerpo,

que cuando te corres

provocas un tsunami

al otro lado del mundo,

que me vuelves loco

porque me inspiras dulzura

y al mismo tiempo

con sólo mirarte a los ojos

consigues que conjugue follar

en todos los tiempos verbales

en los que detrás quepa un contigo,

que te admiro por tu fuerza y tu coraje,

porque metiste tu corazón

en un búnker

pero me dejaste abierta la puerta,

que has leído tantos libros

que no cabrían en tus maletas,

que escribes versos que hablan de mí

y yo me siento el rey del mundo,

que soy republicano

pero tú eres la reina de mi vida,

que quieres dar la vuelta al mundo

conmigo

y yo no pienso soltarte la mano,

que en tus labios y en tus brazos

soy mejor persona,

que mereces ser feliz

y no me pongo otro objetivo,

que es lunes

y ya es viernes,

que es martes y sábado,

que si me dan a elegir

un lugar donde morir

elijo tus pechos de niña,

que si fuera gota de sudor

moriría resbalando

hasta el piercing de tu ombligo,

que mi nombre suena mejor

con tu voz,

que por llevarte dentro te comería,

que hasta mi sangre es tuya,

vida mía,

que esto no es todo,

que es sólo el comienzo,

que como acusado que soy

de este placer inmenso

que es amarte,

si la pena es la cárcel

de tu piel,

me declaro culpable.


César Ulla






sábado, 28 de noviembre de 2015

GÉNESIS, 8-11



Al principio fue el vacío, la ausencia de esperanzas y deseos, la nada infinita, la locura interminable de los días desiertos, la oscuridad cegadora que, a veces, todavía me asalta cuando me faltas.

Y se hizo la luz una tarde de noviembre. Creo que era de noche y te juro que vi salir el sol. Colores, matices y tonos que el mundo no ha conocido porque no te han visto como yo puedo verte. En aquel momento insuflaste vida dentro de mí y supe lo que era respirar.

Me llevaste a crear el universo en siete segundos, en cada una de las esquinas donde nos comimos la boca, en cada cruce de caminos donde la decisión era fácil: o tú o el mundo, sin saber que el mundo dejó de importarme en aquel instante.

Creaste el mar, el vaivén de las olas, la sal de tus besos, las cordilleras alcanzables de tus pechos, el valle fértil de tu vientre, la seguridad de tus manos cogiendo las mías como si fuera a salir corriendo... ¿Pero por qué querría huir de ti si era de barro y me hiciste de carne, si tenía perdido el rumbo y tu piel me mostró el camino?

Y creaste los animales de mi pecho, los que laten con furia y avidez cuando te pienso, los peces vivos de tu sexo que guardo en las aguas turbulentas de mis recuerdos, creaste mi futuro a tu imagen y semejanza, creaste la risa atronadora, los finales felices y, cuando todo parecía creado ya, me regalaste la magia de las noches de orgasmos infinitos hasta el amanecer y vuelta a empezar.

Ahora, desde este éxodo de tu distancia, pienso en aquellos a los que les mostrarás que es posible hacer de una cama el paraíso y no prestarán atención más que al placer efímero, porque no pueden hacerte feliz aquellos que creen que eres un ser humano corriente, sólo puede lograrlo aquel que te ayudó a levantar el cosmos aquellos días, que sabe que puedes dar la vida y que espera, sin importar cuánto tiempo pase, que sigamos escribiendo esta historia, nuestra historia.

Sentados al borde del eterno amanecer que nos aguarda juntos, te regalaré días de primavera en tus caderas y, para fundirnos en un sólo cuerpo, abriré tus piernas y te comeré con lujuria, entraré en ti a diario para que el eco de tus gemidos recorra planetas, astros y lunas, para que permanezca indestructible la onda expansiva de nuestro big bang íntimo y único.

Todos los demás que se vayan al infierno, a ellos sí les tocará vivir el apocalipsis de tu desmemoria, se estrellarán en el impenetrable muro de tu corazón único y mágico, sufrirán el invierno de tu olvido y serán absorbidos por ese agujero negro donde se pierde aquello que no está destinado a ser para siempre.


César Ulla



viernes, 27 de noviembre de 2015

BIG BANG



El desconcertante descubrimiento de lo silencioso que es el destino cuando de repente estalla
Alessandro Baricco



Ahora lo veo todo claro,

puedo descifrarme en tu mirada

y saber que existo más allá

de las fronteras de mi cuerpo.

Ahora entiendo la creencia en el Big Bang,

eso de que el rozamiento

provoca que dos cuerpos ardan,

la teoría de cuerdas,

esas que me atan a ti.

Y lo sé porque ya no veo

tu imagen como un póster de Audrey Hepburn,

sino como el retrato de un amor posible,

como la esperanza

de un comienzo desde cero,

como aquello de que si las mariposas...

Bueno, en resumen,

que soy divisible por mí mismo y por ti,

que soy un número primo

igual que soy tu amante,

que no hay alegatos

ni lugar para la nostalgia

ahora que has aparecido y sí,

que te quedes,

que te quiero.


César Ulla


p>

jueves, 26 de noviembre de 2015

EL EFECTO MARIPOSA



el aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo
Proverbio chino



Viniste a desvelar mi sueño,

a combatir el frío con abrazos

cálidos y caricias de esas

que hacen que todo gire

y que las puntas de los dedos

se estremezcan mecidas por un escalofrío.

Y yo no supe qué decirte,

sólo pude clavar mis pupilas

en tus labios y dejarme arrastrar

por un deseo milenario de besarte.

Loco por descubrir tus entretelas

y por ser como el agua con purpurina
que te baña desnuda

apresuré mis manos sobre tus hombros

y entonces entendí el efecto mariposa

cuando antes de comenzar a batir

tus alas de ninfa del sexo

habías desencadenado un terremoto

en mis entrañas y ardía

como cien volcanes del Eón Arcaico.

Entonces ocurrió,

cayó el telón y tú yo nos quedamos detrás,

solos, sin miradas esquivas,

tú desnuda y yo con los ojos como platos,

con las manos como cascadas ardiendo

queriendo empezar en tus clavículas

la autopista hacia el cielo de tu cuerpo

sin importar cuántos peajes tuviera que pagar

y sin tener en cuenta las señales de límite de velocidad

o los controles de alcoholemia.

Y vi caballos en tu pelo, galopando sin freno

hasta desintegrarse en un torrente espeso

que bañaba tus pechos.

Me miraste y me dijiste:

“Ahora bajo a comprar un libro

para leerlo sin ropa en la alfombra

pero contigo.”

Y fuimos dos el tiempo que duró

el libro de Zafón, después hiciste la maleta

y metiste en ella mis anhelos

sin pensar siquiera que pudiera necesitarlos ahora.

Te he escrito varias cartas,

por si aún vives en aquella casa antigua

y por si tienes en alguna caja escondida

mis deseos y puedes devolvérmelos,

creo que voy a usarlos una de estas noches.

He pensado en aquella frase del libro que decía

que las casualidades son las cicatrices del destino.

Yo tuve el destino en mi cama una vez,

espero que al siguiente al que visites

se lo hagas entender antes, yo fui muy lento...


César Ulla



miércoles, 25 de noviembre de 2015

KOYAANISQATSI*



Basta de callar

pensamientos, sueños y rarezas.

Basta de contener

deseos, oscuridades y locuras.

Diré que es morbo

la palabra,

ganas de ti, de olerte…

Ganas de tumbarte

y arrancar tu ropa interior.

Ambos tenemos

una vida fuera de equilibrio,

a ambos nos unen

el destino y la sinrazón.

Tú, Mandrágora venenosa.

Yo, ganas de morderte

y beber de ti.

Tú Heidegger

y que “todo lo grande

está en medio de la tempestad”.

Yo, Bukowski

y “tuve la sensación

de que podía caer dentro de tus ojos”.

Locura, extravagancia,

pasión y desenfreno.

Una vida fuera de equilibrio…

Pero quién

quiere

equilibrio

cuando

en verdad

busca

Tenerte horizontal y desnuda,

gimiendo,

con los labios mordidos,

con la espalda arqueada,

con mi lengua hecha fuego

entre tus piernas abiertas,

con tu licor abrasando mi boca.


* "Vida fuera de equilibrio" en el dialecto de los Hopi (antigua tribu americana que habitaba en la Meseta central de EEUU).


César Ulla




martes, 24 de noviembre de 2015

REFÉRENDUM SOBRE EL PASO DEL TIEMPO



Exijamos al futuro un referéndum

sobre el paso del tiempo,

su ritmo,

su velocidad,

el trasiego que provoca

su resuelto caminar,

cómo a vuelapluma arranca recuerdos

y provoca olvidos y lagunas.

Exijamos una consulta popular

sobre la memoria,

su escasa vida útil,

sobre los trasgos que enredan

reminiscencias y añoranzas

al paso de baile con el que juegan

a matar nuestra existencia…

No me gustaría acabar mis días

sumido en esta dictadura temporal,

soportando tormentas

que borran las huellas

de nuestro paso por el mundo.

No me gustaría irme sin tu imagen

en mi cabeza,

no me gustaría perder todo lo que evocas,

cómo duele festejarte

sabiendo que el porvenir nos trae

amnesias y abandonos,

indigencias y desconsuelos,

cada vez más lija y menos terciopelo.


César Ulla



lunes, 23 de noviembre de 2015

PARAÍSOS MÚLTIPLES



Me duelen los ojos de tanto mirarte.
Pero lo más curioso es
que cada día descubro algo nuevo en ti,
un rincón de tu cuerpo que aún no he besado,
que todavía no he conquistado.
Un paseo por ti es una aventura,
un safari de piel y besos,
es pasar un rato olvidado de todo lo vivido.
Cuando vuelvo a casa,
después de haber pasado media vida en tu cuerpo,
me doy cuenta que tenerte
es como tener una sucesión de paraísos múltiples,
un espectáculo de variedades
donde sólo actúan dos, uno más uno.
Dicen que cuando mueres
dios (que no existe) te da a elegir
el lugar de tu eterna estancia.
Yo, que nunca pude estar más seguro,
sé que quiero estar a tu lado, tenerte cerca,
disfrutar cada día
de la ventura de amarte,
de la ventaja de pensar que siempre fuiste mía
aunque nunca fueras de nadie.


César Ulla



domingo, 22 de noviembre de 2015

Semana dedicada a César Ulla




Ausen & cia



Hoy vino a verme,
vino a abrirme la boca,
a secarme el cielo estrellado y mojado del paladar.
Vino a hacerse la loca.

A recordarme el color de la piel de la sed,
a explicarme el hastío y el desvarío.
A contarme la sombra borrosa de un vaso vacío,
y el frío que dobla mi espalda.

Vino a hablarme del viento que vuela en su falda,
de la suela que estampa en el suelo un dibujo al revés.

Pasó a saludarme.
Alguien diría: a salvarme.
Vino a decirme que no sé decirle que no.

Con el empeño que inocula el sueño del niño pequeño,
del pan y la sal. Con una de arena y la otra de cal.

A invitarme a una pena
a incumplir su condena, vino. Vino a mecer
la marea del puerto, a enseñarme cómo hacer el muerto,
a pintarme de brea la noche y los pies.

Hoy vino a verme,
a partirme la boca,
a llevarse la poca cordura que queda.
Y a sacar la basura.


David Yeste




sábado, 21 de noviembre de 2015

Requisitos




Cuando invento bandadas de pájaros
tengo que pensarles primero
sus tendidos eléctricos.
Es una condición imprescindible.
si no, ¿dónde se posarían?
¿dónde escribirían su morse
circunstancial? ¿en qué lugar
establecerían su cuerda floja?

Cuando pienso en vías y vagones
tengo que escribirles antes
sus túneles, sus andenes
y sus cambios de agujas.
Para que no discurran
en paralelas eternas,
para que se les dé la casual
oportunidad de un cruce.

Y, sí,
cuando deletreo mis manos
—o anoto cualquier cosa en ellas—,
tengo que hablarles ligero,
para que no se impacienten.
Les pido que recuerden
cuando te tocan, y entonces,
las aves tienen morada,
los trenes frenan exhaustos,
y ellas escriben para rozarte.


David Yeste



viernes, 20 de noviembre de 2015

#5. (cosas que hacer durante el tránsito)




 A Noemí, por nombrarme en voz alta.



compartir con manos extrañas un trozo de metal;

memorizar los zapatos de todos los viajeros;

conversar sobre dios con una máquina expendedora;

usar la ventanilla como espejo de tocador;

leer al revés los rótulos de las prohibiciones

(fumar, pulsar el botón en marcha, bajar a las vías, gritar);

medir el tiempo en estaciones y paradas;

intentar adivinar el título de la novela que ella lee;

morir de amor cuando ella aparta un mechón de su rostro;

no volver a consultar el teléfono hasta que… ¿a ver?;

desear con todas tus fuerzas que se vaya la luz;

desear con todas tus fuerzas que nunca se vaya la luz;

comprobar que la cartera aún descansa en tu bolsillo;

intentar mantener el equilibrio sin agarrarte;

salvar el mundo recitando los Justos de Borges;

buscar sobresaltos en la oscuridad del túnel;

imaginar un battle royale entre todos los pasajeros;

reconocer una cara, acercarte, hablarle, saberte equivocado;

abandonarte a la sucia nostalgia de haberla perdido;

pasarte de tu parada con empeño y convicción;

desesperarte al comprobar, en los carteles y los planos,

que ninguna estación se llama Ítaca.


David Yeste




jueves, 19 de noviembre de 2015

Enero



Agoniza enero en las atalayas
de la memoria y digo
tu nombre en voz alta
para que sea cerca y sea siempre.

Grito aunque mi voz se rompa,
como la escarcha de mis zapatos,
y por el hueco de la carraspera
se cuelen los ecos de los aullidos.

Deberé alzarme, en este enero moribundo,
y que mi sombra ilumine
el polvo de todos los senderos
por los que a veces transitas
sin que al sueño o al deseo les importe.

Para qué, cuando abras los ojos
a este mundo que nos contagia
del estremecedor frío del silencio,
mis palabras obren en tu piel
todo lo que mis manos no alcanzan.


David Yeste




miércoles, 18 de noviembre de 2015

Escala richter



Esa mujer viaja en un coche de línea
por una carretera sordomuda.
La noche se bebe la luz de los faros
como si el amanecer se obcecara
en demorarse.
Ella desearía que el alba borrase
su reflejo en la ventanilla,
que lograse astillar el silencio
tenue y monocorde del zumbido
del motor.
Hiere, al fin, el cuchillo
de la madrugada el abdomen
de la tiniebla, a la vez
que el autocar se detiene y derrama
su contenido en una plaza clónica
y bivitelina.
Esa mujer desciende —apartando
un mechón de su cara, como quien
aparta la bruma de un manotazo—
y hunde el tacón de su bota
en el empedrado.
Ese golpe es el epicentro
de un terremoto de risa,
de un huracán de brazos,
que tiñe de colores
la mañana de asfalto.
Mientras, yo escribo ese temblor,
desde un tejado,
a medio mundo de altura.


David Yeste




martes, 17 de noviembre de 2015

Atiquifobía



Se espera de mí

la solidez de la roca

que es grada y peldaño,

que es puerto y es puente.

Que soporta y sostiene

el paso y el peso

del hijo del hombre.


Se espera de mí

la consistencia del agua

que hiende la piedra,

que es lluvia y remanso.

Que es furia y es sangre

en crecida violenta

y en sístole alterna.


De mí se espera

el odio preciso

y la rabia que embiste.

También la caricia,

el aliento y el hambre.


Se espera de mí

que disipe de sombras la tierra.


La raíz del árbol

y el acero del hacha,

se espera,

y el crujido del hueso.


Y el sudor de la carne

y el verbo que crea,

se espera,

y el brazo que puede

y la mano que prende.


Se espera de mí,

ante todo,

que no desfallezca.


David Yeste




lunes, 16 de noviembre de 2015

Vente



Vente tal y como estés.


No es necesario que adornes de lunas tu pelo,

ni que cubras tu cuerpo de eclipses de sombra.

Ni siquiera es preciso, ya sabes,

que perfumes tu rastro de rastros de sal.


Vente tal y como estés.


Echa en el bolso, acaso, un par de mareas,

tal vez una prisa que enlace los brazos.

Olvida ceñir tu cintura de miedos

y desnuda por siempre tu pulso de relojes.


Tal y como estés.


Y que tu aliento se vista de aliento en mi boca,

y que tu piel se desnude de vida en mi piel.

Trae contigo la urgencia del cuerpo:

lo que nos queda de noche ya sabrá que hacer.


Vente.


David Yeste



domingo, 15 de noviembre de 2015

Semana dedicada a David Yeste












ESPERANDO LA UTOPÍA





Mientras cae la escarcha
vago solitario por las aceras.

Único techo y patria.
Las manos en los putos bolsillos,
bolsillos llenos de ausencia
dándote vueltas en mi cabeza.
No hay luz alguna en los edificios
todos andarán dormidos
enclaustrados entre ladrillos.


Pienso que igual tú no.
Tal vez, digo sólo tal vez,
tú en tu cama me pienses.


Pronto despuntará el alba
mientras sigue cayendo escarcha.


Tú, allá en tu casa,
yo esperando que amanezca.
Pasan gatos que me miran esquivos
cruzándose en mi camino.
Les pregunto si te han visto
si saben dónde te encuentras,
si estarás caliente en tu cama.
Si tal vez, digo sólo tal vez,
me piensas entre tus sábanas.
No contestan.


El frio me cala la médula
doy patadas a los charcos
los gatos salen huyendo
enciendo un cigarro
nuevamente te pienso
y en si tu estarás despierta.
Entumecidos los huesos

tomo asiento
en el escalón de una puerta.
Cierro los ojos un rato
me imagino a ti abrazado
con una sonrisa en tus labios
estrechándome entre tus piernas.


La ciudad se levanta.
Ha caído la escarcha
me la he tragado entera.
Mientras, tú en tu cama
tal vez, digo sólo tal vez,
acurrucada, me piensas.


Los gatos ya no están
voy a buscar un café
algún lugar donde poder dormir
ahora que todos despiertan. :

José Lobo



sábado, 14 de noviembre de 2015

FALSOS LLANTOS



Llorar,
ese absurdo lamento
que hacen los humanos
cuando ya estás muerto.
Llorar,
imposible comprenderlo
después de la muerte
sólo existe el silencio.

Llorar,
llevar flores a los cementerios
profanar el descanso
de quienes abordaron el sueño.

Déjalo tranquilo en su paz.
¿No ves que ya no respira?
Si no le lloraste de amor en vida
si le mataste con tu puñal sangriento
¿para qué quiere tus lágrimas
cuando su corazón se halle muerto?.


José Lobo



viernes, 13 de noviembre de 2015

SIN TITULO 2



La locura de la soledad

se alimenta de silencios

caminos adyacentes emergen

de la sangre de cementerios.

Versos putrefactos

que antes de ver la luz

ya nacen en negro muertos

en la brevedad del espanto

y los orgasmos del dulce sueño.



Mientras te suicidas cada noche

¿Qué has hecho con ellos?


José Lobo



jueves, 12 de noviembre de 2015

SIN TITULO



Por siempre te juró la primavera

la inquebrantable flor de tu noche

corriendo a tu encuentro buscándote

aliándose en eterna compañera.



Sangre derramó bajo luna llena

brotando de su cuerpo manchándote,

al prometido universo dándote

cuanto amor habitaba en sus venas.



Después en un entierro de silencio

entre pétalos de roja amapola

asesinado amaneces despierto.



Con su velero de cuchillos negros

partió a la mar navegando sola

dejando entre sus olas un muerto.


José Lobo






miércoles, 11 de noviembre de 2015

ESPEJISMO





No quiero dormir esta noche.

Únicamente contemplarte

desnuda sobre blanca sábana

de canela y vainilla impregnada.

Sabía quedaba poco tiempo

antes de que partieras lejos.

Invierto la leyenda de amor

de Admeto y Alcestis

y soy yo quien se da a la muerte

cantando letanías en versos.

Al amanecer ya no estarás.

No podré acariciar tu cuerpo.

Tomo consciencia de mi realidad.

Hasta se me niega el sueño

donde acuda Proserpina alguna

apiadándose de su víctima

para llevarme a tu presencia

rescatándome de los infiernos.


José Lobo



martes, 10 de noviembre de 2015

SILENCIO




Cae con sangre en el alma

una nueva madrugada,

silencio,

pasa por las vías el expreso de la noche

sin detenerse,

silencio,

rompe la mar sus olas contra las rocas

y retrocede,

silencio,

hablan y recitan sus versos los poetas

pero nadie los lee ni escucha,

silencio,

la soledad y la oscuridad se hermanan

cuando el mendigo duerme sobre un banco,

silencio,

cuantos pasan miran

pero nadie habla,

silencio,

los caminos se han quedado huérfanos

de caminantes náufragos,

silencio.


El bohemio llora, en silencio,

El loco no desea cordura, en silencio,

El solitario quiere seguir solo, en silencio,

El abandonado no pretende ya refugio, en silencio,

El ahogado ha dejado de respirar, en silencio,

Todo amor real se entrega ... en silencio,

Toda la verdad acontece en el silencio.

Silencio.

Silencio.


José Lobo



lunes, 9 de noviembre de 2015

CADA MADRUGADA



Cada madrugada

tu sombra se sienta conmigo

a compartir unos cigarros

y a tomar aquellos cafés, copas o vinos.

Cada madrugada

durante segundos tomas forma

casi tangible ante mí

para evaporarte cuando mis manos

se acercan a acariciarte.

Cada madrugada

te tornas en compañera inseparable

de mis sueños leales,

y la cómplice a la que leía poemas

aguardando mi voz de manera inquebrantable.

Cada madrugada

comprendo más

que aquí ya no soy nada,

sólo un trozo de fuego incomprendido

al que tú comprendías como nadie.



Cada madrugada

no me canso de repetir

que esta noche, me olvidé de olvidarte.


José Lobo



domingo, 8 de noviembre de 2015

Semana dedicada a José Lobo




Gotas



Hoy fui gota, y al caer

me convertí en mil,

mil formas,

mil colores,

mil vidas…

hoy quise ser rio

para llegar al mar

hoy salté de muchas formas

pero ninguna como la de ayer

o antes de ayer

desde en una corriente natural.

hoy fui nuevamente agua

y nuevamente forma liquida

regando la tierra que me dio vida

regando los árboles que profundizan sus raíces en lo mas profundo de Gaia

Hoy me revelo contra todo lo que me impida avanzar en mi propia corriente

lo que haga que mi fluir se estanque

que falte el oxigeno

que ignore el recorrido vital de mi existencia

hoy bajo desde lo más alto…

desde los hielos eternos de las más altas montañas

hacia los valles más profundo y fértiles

hoy me convierto nuevamente en barro

nuevamente en desierto

nuevamente en piedra

Y nuevamente en nube

para después ser nuevamente agua que fluye

No quiero ir por tuberías que marquen mi recorrido

No quiero salir de un grifo para después ser bebido y meado

No quiero ser escupido

No quiero bajar por aguas fétidas y podridas

No quiero pertenecer al agua diseñada y tratada

Ser gota libre, de mil formas y mil colores

Para crear nuevamente mil vidas…


Juan Manuel Álvarez Romero



sábado, 7 de noviembre de 2015

Horas



Es hora de horas
silencio de silencios  
bullicio de sentidos vacíos.
Es hora de horas
de palabras llenas de almas
de vidas ajenas a la mía
de soledades unidas a otra vida por vivir.
Es hora de horas
de árboles frondosos
de frutos prohibidos
de besos perdidos
de abrazos sin abrazos.
Es hora de horas
de cielos cubiertos de nubes
de lluvia de lágrimas
 risas y anhelos.
Es hora de horas
de montañas por conquistar
de valles sin horizontes
de horizontes lejanos pero perennes.
Es hora de horas
de minutos
silencios rotos por el recuerdo de tu mirada
del sonido de tu voz 
y el aíre que llegamos a respiramos juntos.
Es hora de horas 
partida al infinito
de huida a ningún lugar
de pensamientos unidos tan solo por recuerdos.
Es hora de horas
de huellas de futuro
de hullas de pasado
de huellas del presente…
Es hora de horas
de segundos relámpagos

y de luces del alba.


Juan Manuel Álvarez Romero



viernes, 6 de noviembre de 2015

Atrapado



Atrapado, persigo bosques milenarios
Atrapado en sueños
Atrapado en la existencia
Atrapado
No consigo olvidar
sin sucumbir en la memoria,
con voz, y sin  silencios
Atrapado
Sin fronteras, sin limites…
Sin muros y,
con la palabra
Atrapado
En abismos sin fondos
En conclusiones efímeras
En días infinitos
Atrapado
Entre laberintos de hormigón
En lo que quedó,
y lo que pudo ser…
Atrapado
En el encuentro
En la pérdida
En el amor
Atrapado
En el querer huir
En el quedarse
En el estar
Atrapado
En el yo
En el nosotros
Y en el vosotros

Atrapado, atrapado, atrapado


Juan Manuel Álvarez Romero





jueves, 5 de noviembre de 2015

Quizás




En el cielo veo tu silencio en forma de nubes
Alas para el sol que cae en picado
Quizás
Tus alas sirvan para elevarlo
Quizás 
Mientras contemplo como vuelve amanecer
Quizás
un beso para mis alas
Quizás
Un abrazo para el regreso a casa
Quizás
la arena pegada sirva de sostén de mis mil plumas
Quizás
El viento me vuelva a elevar
Quizás
El mar no pierda el horizonte
Quizás
Sin quizás
todo sea un eclipse de sol
Quien sabe 

quizás 


Juan Manuel Álvarez Romero



miércoles, 4 de noviembre de 2015

Hay una luz


Hay una luz
entre las hojas
entre el cielo estrellado
distinta y luminosa
Bajo ella
vuelan
libres los sentidos
tus manos
Camino de puntillas
sobre tus olas
tus besos
tu aíre
Las rosas
sobre la arena
avisan de tu rio
tu aroma
De tu mano
pisamos el agua
subterránea
libre
El perfil de la brisa
marca tu sonrisa
de luz
de paz
Del blanco sol
tus cabellos
tu alegría
vida
De nuestra sombra
huella
limpia
tranquila
Las aves

nos sobre vuelan libres
observadoras
infinita mirada
Hay una luz entre las hojas
entre el cielo estrellado
tu luna.


Juan Manuel Álvarez Romero



martes, 3 de noviembre de 2015

Sed



Ni todas las gotas del mar
ni todas las gotas de lluvia
ni todas las gotas de rocío
ni todos los amaneceres
ni los ocasos
y atardeceres
ni los silencios
ni los gritos
ni el viento
ni la tormenta
podrán acabar
con mi sed.



Juan Manuel Álvarez Romero



lunes, 2 de noviembre de 2015

Ser Barro



No he sido polvo
sin ser barro
No he sido sangre
sin haber guerreado
No he sido vientre
sin haber amado
No he sido grito
sin ser libre
No he sido sueño
sin ser nube
No encallecí mis manos
sin tierra que pisar
No busqué techo
sin estrellas
No subí montañas
sin valles que cruzar
Tan solo fui
Barro
Guerrero
Amor
Libre
Nube
Huella
Estrella
Montaña
Valle y
gota de rocío…


Juan Manuel Álvarez Romero



domingo, 1 de noviembre de 2015

Semana dedicada a Juan Manuel Álvarez Romero



Los dientes del silencio...



Los dientes del silencio
muerden lo más profundo
de mi alma
y atraviesan
la muralla invisible de mi intimidad.
Los incisivos (sin incisos)
destruyen la paz recluida
bajo las piedras y la saliva.
Las raíces se aferran al mar
coronando de savia el olvido.
La tierra se hace tiempo
y el agua se torna nido.
El niño se retuerce de dolor
y para los ídolos,
ya,
llegó el otoño.
Los ventanucos encierran árboles
y sus rejas
los caminos de los sueños.
Las sombras
rompen lunas de pan en menguantes.
A la par,
las lágrimas recorren vidas
sembrando dolor sin alivio
y podredumbre sin luces.


Rafael Luna García



sábado, 31 de octubre de 2015

A veces...



A veces…
… me gusta pasear en círculo por mi soledad. Y apilar mis recuerdos frente a mí. Y entender el porqué de mi existencia.
A veces…
… las alas de colibrís de la melancolía se apoderan de mis silencios. Silencios que comparto con un banco solitario frente a la acuosa inmensidad azul de la Mar.
A veces…
… camino a ninguna parte. Observando cómo el tiempo se resbala entre mis manos, dando la espalda a mis sombras.
A veces…
… cuando nadie me ve, abro en cruz mis brazos frente a las estrellas como queriendo abrazar al Universo.
A veces…
… me siento reflejado en la belleza de una flor o en la pobreza de un indigente o en la locura de un niño.
A veces…
… desnudo mi corazón. Y lo curo con la sal de la Mar para que cicatricen las heridas. Heridas abiertas por la realidad de mis sueños rotos.
A veces…
… me siento frágil como una amapola. Me siento efímero como el transcurrir de un instante. Me siento insignificante ante lo Absoluto.
A veces…
… dibujo mis recuerdos sobre la calma de un atardecer gris ceniza otoñal. En la quietud sinfónica de las gotas de lluvia sobre la ventana.
A veces…
… deambulo por los vericuetos de mi memoria a la sombra de la Luna Mayúscula. Recordando la dulzura de tu sonrisa, recordando la ternura de tus labios, recordando la suavidad de tu piel.
A veces…


Rafael Luna García



viernes, 30 de octubre de 2015

El silencio sopla suave...



El silencio sopla suave limpiando mi conciencia de soledad. La luna se deshace en mis entrañas abriendo mi corazón a la noche. En mi interior se encienden planetas tristes que huyen de la luz. Esta noche, los recuerdos son barcos de papel que desordenan las pisadas de lo sagrado. Escapo y me refugio en la frente cálida de un girasol, latiendo de melancolía entre los susurros de las aceras. La nostalgia me sigue sigilosamente como la oscuridad persigue al abismo. Por fin, me detengo y me alejo como un pájaro de azúcar que se diluye en los cielos de leche. Siento las voces de la gente cubriendo las farolas derramadas junto al mar. Cruzo la mirada con un indigente y me descubro en sus ojos deshechos que (sólo) claman humanidad.


Rafael Luna García



jueves, 29 de octubre de 2015

La milicia de árboles y hojarasca...




La milicia de árboles y hojarasca
arrullan los peces de tu nombre
en los recodos de las adelfas
cruzando las orillas de la primavera
entre las alas azules de los maizales.
Los geranios se descalzan junto al río
en los bosques de lluvia y suspiros
caminando desnudos
a los pies eternos de los celindos.
El azahar boquiabierto –en quietud–
se asoma a la inmensidad inocente
de los vastos valles silenciosos
tapizados por las voces de las amapolas.
Tu ser de plata y nostalgia
se hace ritual entre los juncos
desplegando un intenso resplandor
de hinojos arrugados
que se hacen veredas y sombras
en los recodos del agua.
Los besos puros acunados en la mar
se hacen nómadas, sin silueta,
cubriendo la tristeza de los trigales
en los territorios ancestrales del amor.
En mis manos, tu esencia de musgo y retama
se cierne verso de soledad profunda
que redobla sin cesar en los confines añil
de las baldeas caracolas malvas.


Rafael Luna García



miércoles, 28 de octubre de 2015

La depresión



Solo
ante la soledad,
solo.
Me despeino,
corro, huyo,
solo.
La soledad
me atrapa
en su oscuridad
sin rostro.
Solo,
camino
en la espiral
triste
de la soledad.
Deambulando
en el silencio,
vílico
de los suspiros.
La soledad
se adueña
de mi voz.
Me aísla.
Escucha
mi llanto
triste y solo (seco).
Solo (y triste)
latiendo
mi vida
entre montañas
tormentosas.
La mano
sale del alma
pide ayuda
inaccesible.
Encadenado
al socorro
estático.
Funámbulo
inmóvil
de murallas
inexpresivas.

Solo…
… solo
me queda
la soledad.


Rafael Luna García



martes, 27 de octubre de 2015

Exilio




La señora tiempo divaga constante

entre los latidos del boomerang

desvelando los silencios de un vértigo

que aguijonea los círculos de las quimeras.

Los caminos enterrados entre las alas

se sitúan como el arco de un guerrero

que apunta con su flecha sin destino

la vertical constante de la existencia.

Los arcos descartados de mis pasos

se sitúan entre los lodos sedimentados

de los sombríos atisbos de las flores.

Los violonchelos apoyados en la luz

se convierten en hijos de la nieve

que navegan decididos en odas divinas.

La sabiduría se sitúa bajo los leones

actuando bajo las miradas curiosas

del escondido abandono de la ilusión.

El místico arquetipo de la vejez translúcida

se asoma desnudo en el ventanal sombrío

con la mirada perdida en el Dios sempiterno.

No más cruces, no más atajos, no más senderos,

sólo una última mirada a la mar para partir

en el vagón de la música del arpa sagrada.


Rafael Luna García



lunes, 26 de octubre de 2015

Lloro



Lloro
pétalos
de arcilla
que se deslizan
desde la Luna
a mi alma
para acabar
fundiéndose
con las olas
del mar
o sepultados
en la arena.
Lloro
en el silencio
de la noche oscura,
frunciendo
gestos
de robles añejos,
desnudando
el alma
de hojas y cisnes,
deshilachando
sueños
de fresno y sombras.
Ahora
que el momento
ha llegado
lloro
tan lejos
de las estrellas
que todo
el Universo
se hace
llanto conmigo.
Ahora
que el momento
ha llegado
mi deseo
solo es llorar
más allá
del perdón.


Lloro
pétalos
de arcilla
que se deslizan
desde la Luna
a mi alma
para acabar
fundiéndose
con las olas
del mar
o sepultados
en la arena.
Lloro
en el silencio
de la noche oscura,
frunciendo
gestos
de robles añejos,
desnudando
el alma
de hojas y cisnes,
deshilachando
sueños
de fresno y sombras.
Ahora
que el momento
ha llegado
lloro
tan lejos
de las estrellas
que todo
el Universo
se hace
llanto conmigo.
Ahora
que el momento
ha llegado
mi deseo
solo es llorar
más allá
del perdón.


Rafael Luna García



domingo, 25 de octubre de 2015

Semana dedicada a Rafael Luna García




ALGÚN DÍA




Ese día en el que ya no vuelva a la jubilosa luz

que se palpa crecer en los bordes del agua,

un signo, como señal brevísima, acuñará tu olvido

cual abierta cicatriz del canal derramándose.



Aunque veas la vestimenta rota de las estaciones

sobre el estilete de mármol del desbaratado puente,

el hábil artificio de las ramas del decir, envolverán

con su engaño el incendio de mi voz deshabitada.



Y en la noche decayendo, cuando la alondra duerma,

un acogedor silencio señalará mi paso como huella

indeleble, y en el agónico hilo de tu desolada forma,

vagará mi sombra en los días perdidos y acabados.


Antonio Parra Ruiz



sábado, 24 de octubre de 2015

CUANDO SEPAS



Acechando las puertas por si abren sus pétalos,

van tus ojos buscando la tenue luz de los sueños,

y su ahogada presencia que pugna por dejarte

yace entre la porcelana rota a los pies de la mesa.



Y está la casa oscura e hinchada la madera

del óxido de los años y la sequedad del tiempo,

y ese inhabitable otoño con su flor de la lluvia,

irremediablemente va despacio ovillándose.



Ahora que ya conoces que está tu vida hecha

de fragmentos del tiempo y harapos de los días,

el ácido feroz e invisible que derrama el olvido,

corroerá la banal humareda inútil de tu espera.


Antonio Parra Ruiz



viernes, 23 de octubre de 2015

AUTORRETRATO




Frecuentemente, apoyada la frente

en el cristal me desmiento de cuanto

dije en otras principescas sedes. No conservo

fidelidad al orden establecido. Ningún

aroma me queda por descifrar y no proclamo

sentencias que se ajusten

a la sustancia de cuanto fui. El arroyo

en el que navego, refleja una imagen

más veraz que el espejo de cada día


Antonio Parra Ruiz



jueves, 22 de octubre de 2015

RETRATO





Y aquel retrato que con desmedido furor

heriste con el artificio de los celos, yace

aún guardado en un desván. Hora tras hora,

acumula manchas y envenenados colores.

Inmóvil se alimenta del desamor

en la incumplida promesa, en la esperanza

inútil del recuerdo. Un día alguien rasgará

su arrugado papel y serás para siempre

un oscuro y olvidado fracaso.


Antonio Parra Ruiz



miércoles, 21 de octubre de 2015

SOLEDAD



Soñarás con la rama con la que edificaste

palacios solemnes para majestades humanas

que hoy su voluntad te deniegan. Muro tras muro

devastarán tu obra de barro, seda, delicadas porcelanas

robadas de tus entrañas, como un pabilo ya sin cera

en la que sustentarse. No tendrás ardidos labios

que griten si arrabio y menguarán las mordedoras

quejas de los que aún como madre te contemplan.

No habrá otros signos de existencia que aquellos

de las sombras hechas de grises trapos, cáscaras

de lo que un día fuiste. Nadie testimoniará la verdad

de tu suelo mientras la soledad sea tu día y tu noche.


Antonio Parra Ruiz

martes, 20 de octubre de 2015

DESALIENTO



Culpable eres si en la empinada cuesta de la noche

las polvorientas huestes de quienes acechan tu desaliento

prosperan y gritan su propósito; si la larga huella

de los que fabrican el desencanto y siembran la duda

y la desesperanza te cubre amenazante; si las almácigas

desarrugan sus pliegues y crecen las hierbas del abandono;

si los grajos ennegrecen tus cumbres y los alcores, secos

y estériles, no dibujan los flancos de tu imagen.

Culpable eres de que la fibra del arraigo, deshilachada

Esté y cuanto engendraste se pierda en el silencio.


Antonio Parra Ruiz



lunes, 19 de octubre de 2015

PETICIÓN




Y cede a los páramos cuanto de fértil

eres. A los gusanos y a los dedos heridos

de los que profanaron tu su suelo, con tu almáciga

úngelos, y que el verdor sea su inicuo sudario.

Con mucílagos impregna tus guedejas y pulidos

cantos haz rodar por los costados y las aristas

abiertas; en el vientre acumula los cuarzos

y gesta preciosas piedras donde reptiles

o borujos oven, alimentando las camelias

y las rojas pomas que inciten al engaño,

y una vez saciado tu apetito, arrójanos las sobras.


Antonio Parra Ruiz



domingo, 18 de octubre de 2015

Semana dedicada a Antonio Parra Ruiz




Inuendo



palabra

palabra mía

animal que ansía lamer a escondidas

las cosas de este mundo

mientras lame a voces

las que no son de este mundo.



me basta pronunciarte

para no saber dónde está mi voz



sepárame, palabra,

que te conozca sin ti.


Gabriela Amorós



sábado, 17 de octubre de 2015

Los pájaros





los pájaros mueren secretamente escritos



ellos dicen que la eternidad

es cualquier ramita o cosa

de sus casas

que levantan o colocan

como si le fuera a dar un vuelco al infinito



y el infinito estuviera resuelto con restos

de ojos pequeños

de alas y de perder el miedo



ellos dicen que son fabricas

de respirar

que van haciendo pulmones

y a la luz le salen espinas

de tantos picos

y suben todo el amor

y agrietan

la noche

porque tienen que sanar



(cómo duele el horizonte entre las plumas)



y vienen y van con los estambres

del alma heridos

de tener que irse dejándolo todo

solo hermoso.



los pájaros mueren secretamente escritos.

acuérdate, mi libertad,

de no firmar nunca.


Gabriela Amorós