miércoles, 5 de julio de 2017

En una esquina de la fábrica vieja hay un taller abandonado




«No existe vida

que, aun por un instante,

no sea inmortal.»

WISLAWA SZYMBORSKA




En una esquina de la fábrica vieja hay un taller abandonado


— ahora se almacenan los modelos —


a la luz color de polvo, en agosto, es la esquina del ajustador, donde el Maño calibra las piezas de máquina, ajusta la jornada.


A real y medio la sardina y media, ¿a cuánto son docena y media de sardinas?


En una esquina de la fábrica vieja hay un taller abandonado


con luz color recuerdo, el trabajo, polvo de metal, en las máquinas las huellas de los hombres ya muertos, las conversaciones de luz color olvido:


Cincuenta Horas Semanales. Cuarenta Y Cinco. Sábado inglés.


Severo, ponte junto a la máquina nueva que vamos a hacer una foto ¿Para qué? Para el archivo del Alemán.


Nadie para ya en el taller, la esquina del Maño, despacio, sin molestar al vacío, en el color mirada, mis dedos por los bordes de las mesas, por los mangos de las herramientas,


— la caricia de la mano del abuelo —


el ruido antiguo de los metales, el sonido de las correas, los golpes de la fundición, las palabras que se dijeron hace cincuenta años.


El silencio no me engaña, sé que están ahí escondidas con las esquirlas viejas, no han salido, a cambio han permitido que manche mis dedos buscando fotografías en el archivo del Alemán.




Pablo Müller




No hay comentarios: