martes, 12 de septiembre de 2017

AMANTES





Amar no es un pecado, es gruñir mil veces tu nombre y revolcarme con tu aliento.

Besos que caen en tu cuello y en tu cuerpo desnudo. Besos que son alivio de mi pasión diluida, besos que besan tu rincón escondido, disfrutando del piélago de tu piel, de tus gemidos y sonidos agudos.

Besos profundos en tus labios, en la serpiente de tu boca, que se mueve para ahogarme.

Mi cuerpo cual manantial de emociones, de estupores que no razona.

La ropa cae al suelo, el compás es lento y en tus ojos destellan mis paralelos. Tus manos son pulpos con los que bailo en el río y tus piernas calientes, se enredan quitando mi soledad.




Diana Ríos




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